Cual maratón filipidense renovada, el anillo verde de Sevilla se nos presenta como carrera de larga distancia, nuncio de batallas de los sevillanos contra el cambio climático, 42 km de marcha apresurada por las riberas del Guadalquivir, el Guadaíra, el Tagarete (Miraflores) y Tamargillo (Ranilla).
Con principio y fin en el Estadio Olímpico de La Cartuja, el Ayuntamiento de Sevilla, nos presenta un nuevo proyecto en forma de cinturón verde que, siguiendo la corriente, la de las aguas de sus ríos y arroyos y las del desarrollo global (Agenda 2030) y del urbanismo (Nueva Agenda Urbana), nos apriete bien el pantalón y nos lleve por el camino de la sostenibilidad a lo largo de cuatro tramos en los que se incluyen los grandes espacios verdes de la periferia hispalense:
1) Desde el Estadio Olímpico de la Cartuja a la nueva Esclusa (14,1 km)
2) Desde la Esclusa al Parque Guadaíra (8,9 km)
3) Desde el Parque Guadaíra al Parque del Tamarguillo (9,4 km)
4) Desde el Parque del Tamarguillo al Estadio Olímpico (9,2 km)
RECORRIDO
Desde Cartuja a la Esclusa, el camino no es fácil. De los terrenos de Cartuja transformados como balcón de la Sevilla del 92 al Guadalquivir apenas queda el recuerdo. El espacio que desde el propio portal del área municipal de parques y jardines se nos presenta como “Zona Verde en torno al Muro de defensa de la Ronda Oeste”, incluida la correspondiente senda rural, dejó hace tiempo de cuidarse y hoy es presa de la propia vegetación y el bache. En el “Parque de la Vega de Triana”, más por empeño voluntarista que desempeño municipal, el entorno es menos duro que en el anterior, pero desde aquí hasta la esclusa, habrá que consolidar viejos caminos de ribera en el entorno de Tablada, cruzar el antiguo cauce del Guadaíra, y abrir puertas al mismo puerto de Sevilla en la esclusa.
Desde la Esclusa al “Parque del Guadaíra, el camino parece más fácil. Los caminos de servicio de los muros del encauzamiento del Guadaíra y su entorno han sido ya objeto de varias actuaciones y son frecuentados como parte del Corredor Verde Metropolitano (Sevilla-Los Palacios y Villafranca).
Desde el Parque del Guadaíra hasta el del Tamaguillo en Alcosa, el tramo es más complicado. Tras El Parque hasta la desembocadura del canal del Ranillas, el Guadaira y su entorno parecen secarse. En el cauce, el uso o abuso ganadero limita cualquier nuevo brote verte. Tras los muros, montones de escombros, chabolas y otras arquitecturas efímeras de chapa, madera y cartón llenan el espacio. Acompaña esta imagen el paseo aguas arriba por el canal del Ranilla hasta el entorno de Palmete, donde, el cauce se esconde caprichoso bajo un techo de hormigón varias veces hasta llegar al parque del Tamarguillo. La primera en el entorno de Palmete para aparecer en el Polígono de la Negrilla y llegar, bordeando el “Parque Municipal Infanta Elena” hasta la Avenida de Miguel Ríos Sarmiento en Sevilla Este. La segunda desde este punto hasta la Avenida de Séneca para volver de nuevo como cauce abierto y canalizado en el entorno del Parque del Tamarguillo.
Desde el “Parque del Tamarguillo” hasta la vuelta el camino sigue ahora por la canalización del Arroyo Miraflores aguas abajo, entre la Ronda Norte y las últimas zonas de huerta de Sevilla en el entorno del Aeropuerto Viejo, el propio “Parque de Miraflores” y continuar a modo de peregrinación hacia San Jerónimo y su templete de San Onofre para regresar al entorno de Cartuja. Se trata de tramo complicado, lleno de agua, las del cauce y las que corren por la red de canales y acequias de regadíos históricos, pero seco, como otros, de cualquier brote verde en sus orillas.
PRESUPUESTO
Para crear este anillo se ha anunciado una inversión de 23 millones de euros, 547.000 euros por km de recorrido. Cantidad nada despreciable, teniendo en cuenta el coste equivalente de otras infraestructuras lineales como carreteras convencionales y autovías, entre 1 y 30 millones de euros por km.
Este presupuesto se dedicará a varios tipos de actuaciones relacionadas con la recuperación de la cubierta vegetal en general, y en particular la asociada al dominio público hidráulico, la mejora o nuevo trazado de nuevos caminos, el paso de infraestructuras, la instalación de señalización y otros equipamientos de uso público como miradores y observatorios de avifauna; se ejecutará a lo largo de seis fases: una inicial (2021) con 2 millones de presupuesto de concreción de actuaciones y apertura del proceso de participación; cuatro de ejecución de las obras de los tramos primero (2022) de 3 millones de €, segundo (2023) de 4 millones, tercero (2024) de 8 millones y cuarto (2025) de 4 millones; más una última fase (2006) de mejora y puesta a punto del conjunto de actuaciones con 2 millones de euros.
LOS RETOS
Sin conocer la documentación técnica del proyecto y solo con la lectura del seguimiento que la prensa local ha realizado en los últimos meses sería arriesgado valorar de forma precisa la propuesta municipal, pero sí se nos ocurren algunos retos que podrían plantearse desde nuestra propia experiencia.
1) Aprender de aciertos y errores anteriores
Que el anillo se presente como elemento importante del sistema de infraestructura verde de Sevilla y el área metropolitana nos parece interesante. La idea no es nueva, de hecho no ha habido gobierno local que de una u otra forma la haya incluido en su mandato e incluso desarrollado parcialmente en forma de proyecto de bulevar o ampliación de las zonas verdes de la periferia. Recopilar y analizar en detalle estos antecedentes sería el primer reto. La experiencia en el propio corredor verde del Guadaira desde Alcalá o Dos Hermanas, los intentos de ampliación de los Parques del Tamarguillo e Infanta Elena en Alcosa y Sevilla Este, incluido el Bulevar del Ranilla, Miraflores, San Jerónimo y Alamillo, ilustra la complejidad de este tipo de intervenciones y sobre todo ejemplos concretos de problemas a superar como la disponibilidad y titularidad de los terrenos, las competencias de diferentes administraciones en el ámbito del dominio público hidráulico, el marítimo terrestre, carreteras y medio ambiente, ordenación del territorio y urbanismo.
2) Concretar el concepto de corredor. Viabilidad técnica del proyecto
Que el anillo se convierta en un corredor ecológico capaz de unir diferentes espacios verdes de la periferia y que sume una importante masa forestal (25.000 árboles) al conjunto del arbolado municipal (235.000) es también oportuno pero insuficiente. El proyecto debería orientarse al establecimiento de una cubierta vegetal acorde con sus objetivos paisajísticos, pero también ecosistémicos, incluyendo especies de diferente porte, necesidades hídricas y edáficas, eficacia con relación al ciclo del carbono y fomento del hábitat de otras especies de fauna de interés en su contexto biogeográfico general, y un entorno particular de carácter artificial y gris más que natural y verde, degradado por el hormigón de los tramos canalizados y escombreras.
3) Definir el uso público del nuevo equipamiento. Viabilidad económica y social
Más de medio millón de euros por km para la puesta en marcha del anillo es una cantidad nada despreciable que habrá que justificar con relación a los beneficios ambientales esperados, pero también en el ámbito de lo social y el uso público del nuevo equipamiento. La creación de empleo con relación a la puesta en marcha será importante, tal y como se anuncia, pero sobre todo, de cara al mantenimiento y aprovechamiento posterior en el que empresas del ámbito de la jardinería y el ocio podrían tener cabida.
4) Superar la perspectiva lineal de la infraestructura
El anillo se presenta como estructura lineal de 42 km, los mismos que el recorrido habitual de las pruebas de maratón, incluido la de Sevilla. Sin embargo, más allá del camino, habrá que definir actuaciones a un lado y otro de la vía, unas en el ámbito de restauración fluvial y otras en el de la recuperación de suelos, escombreras, etc.
5) Integrar el Patrimonio Histórico
Coincide la presentación del proyecto con la del Plan Director del Patrimonio Histórico Municipal. Los molinos del Guadaira o el Templete de San Onofre del Plan Director deberían de incluirse también en el proyecto como espacios de interés y sobre todo como oportunidad de integrar de forma efectiva el patrimonio cultural y natural.
6) Incluir la perspectiva comarcal y provincial del equipamiento
Y por último, y aunque se anuncia la conexión con otras vías o equipamientos similares del Aljarafe, insistimos en la necesidad de integrar el proyecto en el conjunto de otras actuaciones similares de interés como el Corredor Verde Metropolitano en el ámbito del Bajo Guadalquivir y los Alcores.
Con esta entrada damos la bienvenida al proyecto e iniciamos nuestra propia maratón de entradas relacionadas con el anillo.