lunes, 31 de enero de 2011

Arqueología hidráulica

La arqueología está de moda en Córdoba. Hoy se ha inaugurado la ampliación del museo arqueológico de la capital, hace menos de un mes se inauguró el Parque Arqueológico de Torreparedones entre Baena y Castro del Río, y las inundaciones del pasado año en Aguilar sacaron a la luz un nuevo yacimiento arqueológico para la provincia.
Aunque la administración cree el nuevo espacio arqueológico o excave el yacimiento, la naturaleza también se empeña en mostrarnos nuestro pasado. En Aguilar fue a golpe de tormenta, pero en el resto de la campiña la pequeña escorrentía poco a poco va desenterrando otros yacimientos. En la mayoría de las ocasiones, al arado acaba con el regajo y la posibilidad de profundizar en nuestros orígenes. En otras, los restos quedan a la luz y son objeto de expolio y destrucción. Pero a veces, surgen iniciativas de interés como la que os presento.
En la entrada anterior ya os hablé de la construcción de una noria en el ámbito del Programa Europeo LIFE Guadajoz de la Mancomunidad de Municipios del Guadajoz-Campiña Este de Córdoba. En este proyecto también tuvimos la oportunidad de trabajar en cursos más pequeños de la campiña como el arroyo Ballesteros en Nueva Carteya. Si con Juan Antonio y Francisco Hinojasa, tuve la oportunidad de trabajar con la madera y la carpintería de ribera, con Juan Luis Piqueras lo hice con la piedra y la arqueología. Con él también aprendí a vivir ríos desde un nuevo punto de vista, descubriendo restos del mundo íbero-romano andando por medio de regajos y arroyos excavados por la erosión.
Fue este singular arqueólogo “rural” quien nos informó de la existencia de uno restos asociados a una terma romana en el arroyo y el peligro de su degradación de no intervenir con cierta urgencia. Juan Luis fue también el director de la excavación y el responsable de los trabajos arqueológicos que el programa LIFE desarrolló en Nueva Carteya.
Con el objeto de proteger los restos y profundizar en su naturaleza, diseñamos un proyecto de intervención para profundizar en el yacimiento y la protección de los posibles restos que se encontraran. Comenzamos rectificando el curso actual del arroyo y protegiendo la zona de excavación de posibles escorrentías.
A base de pala y cepillo, fuimos descubriendo los diferentes elementos estructurales de una terma asociada a una villa romana.

Lo que fuera un pequeña pileta degrada por la escorrentía y la erosión, se nos mostró como un componente más de toda una estructura en magnífico estado de conservación, incluyendo varios elementos singulares como tuberías e hipocausto.
Una vez analizados los restos, procedimos a la protección del yacimiento. Lo que la erosión en su día cubrió en cientos de años, lo hicimos un unos pocos días. Colocamos un geotextil de base, una capa de tierra neutra y otra final de tierra vegetal, y a continuación fijamos la base del nuevo cauce con objeto de recuperar la embocadura a la obra de fábrica original.
En el curso bajo del arroyo y zona de excavación, reforzamos el talud mediante un gavión flexible y adatado la pendiente y tamaño de la obra de fábrica original.
También se actuó aguas arriba con objeto de recuperar la pendiente original del arroyo y disminuir la acción erosiva de la escorrentía.
Como toda acción LIFE, la del arroyo de Ballesteros fue una intervención piloto con carácter demostrativo. En su día, los objetivos de protección del yacimiento en este ámbito de actuación se dieron por cumplidos y así se nos informó desde la propia Delegación Provincial de la Consejería de Cultura y desde la Comisión Europea.
Ahora, varios años después de la intervención, no sé si lo que fuimos capaces de demostrar en Nueva Carteya, ha tenido tanto éxito. La erosión en ese bosque mediterráneo de olivos tan valorado por el entonces Consejero de Agricultura y hoy Consejero de Cultura, Paulino Plata, sigue avanzado. La tierra se pierde ladera abajo, enterrando mil años después otras infraestructuras, ahora no son termas, pero sí embalses como el de Cordobilla, también de actualidad.
Junto a la colmatación de presas y cauces, siguen apareciendo ladera arriba nuevos yacimientos que son rápidamente cubiertos por el propietarios y/o expuestos al expolio. Desde los ayuntamientos, el arqueólogo municipal, cuando existe, no puede hacer más que lo que hace con pocos fondos y sin presupuesto fijo anual, con excepciones más que singulares como la del Ayuntamiento de Baena en Torreparedones.
Ojalá que desde cultura, se siga invirtiendo en nuestro patrimonio. Que vengan museos y grandes complejos arqueológicos, pero que no se olviden otros muchos yacimientos que antes de ser si quiera catalogados desaparecen de nuestro territorio, y también de nuestro patrimonio.

domingo, 30 de enero de 2011

Carpintería de ribera, algo más que barcas

La Carpintería de Ribera en Andalucía es una actividad milenaria asociada a la construcción de barcas y otras embarcaciones fluviales o marítimas [1]. En el ámbito del Guadalquivir, este oficio está protegido considerado como actividad de interés Etnológico la carpintería de ribera en Coria del Río [2].
Tierra adentro, el carpintero de ribera era también aladrero, artesano de lo prieto, y constructor de arados, biergos y horcas, pero también de ruedas de vuelo o norias. La técnica sustituyó la madera por el hierro, igual que al hombre por la máquina en el campo. Como se perdieron oficios y herramientas tradicionales, la sustitución de la noria y la acequia por la bomba y el aspersor, relegó al olvido un oficio milenario.
Dedicaremos varias entradas a las ruedas y norias de nuestro entorno. En esta, incluyo algunas notas de la experiencia propia en el tema y que en varias ocasiones he tenido la oportunidad de compartir en jornadas y otros foros virtuales [3].

Las norias son elementos importantes del patrimonio hidráulico que presentamos en su día [4]. En Córdoba, Puente Genil, Palma del Río y en Albendín, las ruedas son elementos singulares del paisaje característico y enriquecen su patrimonio cultural. No hablaremos hoy tanto los detalles y elementos estructurales de una noria, como lo que entraña su construcción, un trabajo, oficio o arte que contribuye de forma significativa a ese otro patrimonio etnográfico de saber hacer y vivir nuestros ríos.
En el ámbito del proyecto europeo LIFE Guadajoz tuve el placer de conocer a Juan Antonio y Francisco Hinojosa con motivo de su colaboración en la construcción de la noria del Puente de Piedra de Baena. De su mano entré de lleno en el oficio del aladrero, y aprendí la jerga o mejor dicho la poesía de la noria. Masa, tabaque, berlinga, madrina, dornajo, motillo, ladrón y boquerón, son ejemplos de algunos de los términos que definen las piezas de nuestra rueda. De ellos daremos cuenta en una próxima entrada. Ahora veamos como de la caña y el metro, el aladrero calcula la noria, y luego de la madera crea cada uno de los elementos de la rueda.
Una de las actuaciones más relevantes del Programa LIFE Guadajoz fue la construcción de una noria en el paraje del Puente de Piedra de Baena. Fruto del seguimiento que hicimos de este trabajo podemos contar con un archivo fotográfico de carácter singular y, que sepamos, único en Andalucía. De este seguimiento os mostramos algunas de las imágenes que ilustran el proceso de construcción.
La primera imagen os presenta la terraza inferior donde se localizaría la noria con la idea de dotar al paraje y futuro parque fluvial del Puente de Piedra de un elemento singular de referencia. El agua de la noria alimentaría un canal interior que rompería la homogeneidad de la masa de eucaliptos inicial y devolvería el agua al cauce del Guadajoz, aguas abajo de la parcela.
Con la ayuda de un par de cañas y una cinta métrica, Juan Antonio, levantó la topografía del terreno incluyendo las cotas del cauce del río, terrazas, y punto de embocadura del canal. A partir de este levantamiento topográfico “artesanal” se establecieron las dimensiones de la rueda, así como la caja y el caz.
Una vez finalizada la caja se procedió a establecer la base de la noria mediante un encofrado sobre el que establecer los dos pilares de sujeción de la rueda, los caballos, en este caso, también de hormigón, a diferencia de otras norias antiguas en las que eran de madera o en el mejor de los casos muretes de piedra.
Sobre los caballos se coloca la mesa y contramesa (si fuera necesario) en la que se situará cada una de las palomillas en las que girará la masa o eje de la rueda.
Sin duda, uno de los elementos más importantes de la noria es la masa. Su construcción se realiza en madera de encina por su resistencia. La de esta noria se realizo a partir de una de las ramas de una encina centenaria de la que tuvimos noticia de su caída en Nueva Carteya. La siguientes imágenes dan muestra de sus dimensiones y del trabajo de Juan Antonio. La encina, puede verse como monumento en la salida de Carteya a Cabra.
Instalada la masa, se comienza la inserción de los cuartos y radios de la rueda, así como los elementos de sujeción longitudinal como el tabaque, madrinas y cuñas, o circular como las vueltas de cinta.
Sobre los radios y motillos se colocan los álabes que con la fuerza de la corriente origina el movimiento de la rueda. Atravesando los álabes se coloca el encañado, estructura fundamental para fijar los cangilones.
Sobre las berlingas se sujeta el dornajo de derrame y dornajo manga que conduce el agua a la matrinche que distribuirá el agua hacia el canal.
Junto con el levantamiento de la rueda, se procedió a la apertura y encofrado del caz, canal que conduce el agua del cauce principal hacia la rueda. Con objeto de elevar la lámina de agua y permitir su embocadura al caz, antiguamente se construían atajeas o pequeños diques (azudas).
En nuestro caso decidimos instalar un pequeño deflector que desviara la corriente principal sin interrumpir la continuidad del río. La cantidad de agua entrante, y por tanto la velocidad de rotación de la rueda se realiza mediante un pequeño canal de derivación o ladrón, y la compuerta de entrada a la caja.
En condiciones normales, la obra quedaría así terminada, pero desgraciadamente, durante su construcción la noria sufrió varias agresiones, con lo que tuvimos que instalar una valla de protección, que también recogemos aquí para llamar la atención de las autoridades y la ciudadanía sobre la necesidad de proteger y educar a nuestros hijos de la importancia de este patrimonio.
La intervención no quedo terminada hasta completar los trabajos de protección y estabilización de taludes como os mostramos en la siguiente serie de imágenes.
Para terminar, mi agradecimiento a todos los que participaron en la obra, así como a la Mancomunidad del Guadajoz-Campiña Este de Córdoba por su financiación, y de forma particular a Juan Antonio Hinojosa Reyes, maestro aladrero y artesano del Guadajoz, y a su hijo Francisco Hinojosa Leiva, tradición renovada, por todos los momentos vividos y los conocimientos transmitidos.
[1] SÁNCHEZ, A. (2006). Carpintería de ribera, una cultura vinculada a la pesca. PH Boletín del instituto Andaluz del Patrimonio Histórico 59: 92-97.
[2] RESOLUCION de 12 de septiembre de 2003, de la Dirección General de Bienes Culturales, por la que se resuelve inscribir, con carácter genérico, en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz, la actividad de Interés Etnológico denominada Carpintería de Ribera de Coria del Río (Sevilla). BOJA 190. 02/10/2003.
[3] MELLADO, E. (2010). La construcción de una noria fluvial. http://albendindesdelatorre.blogspot.com/2010/04/la-construccion-de-una-noria-fluvial.html
[4]. MELLADO, E. (2010). Patrimonio Hidráulico Andaluz. Historia, cultura y vida en el olvido. http://viviendorios.blogspot.com/2010/12/patrimonio-hidraulico-andaluz-historia.html


Medioambiente e inundaciones

Retos y avances según el RD 903/2010 de evaluación y gestión de riesgos de inundación
Sigue de actualidad el tema de las inundaciones. Ahora Málaga y Cádiz, ayer Córdoba y Sevilla. Igual que el año pasado, y quizás el próximo, no está lloviendo más que en años anteriores, pero sí de forma más intensa. La lluvia se reparte en pocos días y se concentra en las primeras semanas de invierno como en este año o en las últimas como en el año anterior.


También de actualidad sigue la gestión de los embalses, el cambio climático, la urbanización o mejor dicho la usurpación del dominio público hidráulico, el desalojo a la carrera de las viviendas o la pérdida de las cosechas por la inundación (y ya mismo por la sequía). La Administración no para de invertir en limpieza de cauces, canalizaciones y actuaciones puntuales de emergencia ya sea en el cauce, en la cuneta o en la carretera. Un ejemplo: Entre 2001 y 2009 se han realizado 279 actuaciones de defensa y encauzamiento de ríos, en Andalucía con una media anual de 31 actuaciones y un valor máximo de 59 actuaciones en el 2009 (Fuente Anuario de Estadística de Andalucía. Varios años).
Como no podía ser de otra forma, la Administración también invierte en otro tipo de actuaciones. Nos referimos a estudios de base, programación o planificación de cuencas en materia de inundaciones. Ahí están los Estudios hidráulicos para la Prevención de Inundaciones y la Ordenación de las principales cuencas andaluzas ya realizados como en el ámbito de La Janda, Huelva o Almería, o en realización como en el Guadalhorce, Guadiaro, Guadalete y Barbate. En cualquier caso, el número de estudios de este tipo es muy inferior al número de intervenciones de carácter estructural ya comentadas, y en cuanto a gasto, la diferencia se dispara: cualquier canalización por pequeña sea en un tramo urbano requiere una inversión muy superior a cualquier tipo de estudio de planificación aunque sea a nivel de cuenca.

Parece que vale o se valora más el hormigón y la pala que el conocimiento y a veces hasta el sentido común previo a la intervención. Aunque la califiquemos de evento extremo una inundación o una sequía, avenida y estiaje no dejan de ser dos características naturales y recurrentes de nuestros ríos en un ámbito mediterráneo como el andaluz, sean ramblas, ríos efímeros, temporales o permanentes.
En este sentido, la nueva directiva europea sobre inundaciones plantea nuevos enfoques y formas de hacer las cosas interesantes. Si unimos sus contenidos a la Directiva anterior sobre el Agua, tenemos el marco perfecto para afrontar cualquier tipo de intervención en un río, sea para disminuir los posibles daños por inundación, sea para mejorar su estado ecológico.
En esta línea de reflexión e integración de ambas directivas os presento algunas de las ideas y comentarios con el objetivo de difundir nuevas alternativas de gestión de nuestros ríos.


Un nuevo motor de cambio y avance en matera de gestión del riesgo de inundaciones
No cabe duda que la Directiva Marco del Agua (200/60/CE, DMA) ha sido responsable de grandes cambios en la política de aguas. La incorporación de objetivos, conceptos y requerimientos de tipo medioambiental en la gestión de la calidad del agua ha generado un cambio, más o menos importante según cuenca o ámbito autonómico, en la forma de ver y hacer en materia de aguas.

La DMA recogía entre sus objetivos el de contribuir a paliar los efectos de las inundaciones y sequías. Sin embargo, no es hasta la aprobación de la Directiva de inundaciones (2007/60/CE, DIN) cuando se establecen con más detalle los principios y requerimientos para la gestión de las inundaciones en el ámbito europeo. Como en el caso de la DMA, la DIN se incorpora al Derecho Español tres años más tarde mediante Real Decreto 903/2010.
La nueva Directiva aporta nuevos principios, objetivos y requerimientos para la evaluación y gestión de las inundaciones. Parte de estas nuevas ideas ya han sido abordadas en la política nacional y regional de lucha contra los efectos de las inundaciones, como también lo fueron algunos de los conceptos de la DMA en su ámbito. Sin embargo, de nuevo se hace hincapié en cuestiones medioambientales, ausentes en el pasado, y que, sin duda, serán otro motor de cambio en la materia.
Tres aspectos serán básicos relacionados con el medio ambiente. El primero, ya recogido en la normativa, aunque ausente en la práctica, está relacionado con el objetivo de la directiva (RD). Dicho objetivo es el obtener un adecuado conocimiento y evaluación de los riesgos asociados a los inundaciones y la actuación coordinada entre administraciones públicas y sociedad para reducir las consecuencias negativas sobre la salud y la seguridad de las personas y de los bienes, así como sobre el medio ambiente, el patrimonio cultural, la actividad económica y las infraestructuras. Respecto a los efectos negativos sobre el medio ambiente, este conocimiento implicaría la incorporación en la cartografía de riesgo) la localización de las instalaciones industriales incluidas en el anejo I de la Ley 16/2002 de Prevención y Control Integrado de la Contaminación que puedan ocasionar contaminación accidental en caso de inundación, así como las estaciones depuradoras, aspecto que ya se tenía en cuenta. Ahora hay que incorporar también las zonas para la protección de hábitats o especies que puedan resultar afectadas más la información adicional que se considere útil como la indicación de zonas con inundaciones de alto contenido en sedimentos y flujos de derrubios e información sobre otras fuentes importantes de contaminación.
El segundo aspecto está relacionado con los principios rectores de los Planes de Gestión de Riesgos de Inundación, en particular con los principios de coordinación administrativa y con otras políticas sectoriales, siempre que afecten a la evaluación, prevención y gestión de las inundaciones. En estas políticas se incluyen la ordenación del territorio, protección civil, agricultura, forestal, minas, urbanismo y como no, medio ambiente. Respecto a la coordinación administrativa, se señala la participación de las diferentes administraciones a nivel estatal, regional y local, como ya se viene haciendo. Sin embargo, el RD resalta la integración y coordinación entre las administraciones competentes en la elaboración de los planes hidrológicos de demarcación, y obliga a incluir en los planes de gestión de riesgo de inundaciones un resumen del estado y los objetivos ambientales de cada masa de agua con riesgo potencial significativo por inundación.
El último aspecto y más novedoso, no tanto en cuanto a base científica como en formulación, se refiere al programa de medidas a incluir en los planes de gestión. Este programa de medidas incluye medidas preventivas y paliativas, estructurales o no estructurales, que deberán contemplar algunas medidas de carácter ambiental relacionadas con los siguientes aspectos: 1) Restauración fluvial con el objeto de recuperar el comportamiento natural de la zona inundable, así como sus valores ambientales asociados y 2) Restauración hidrológico-agroforestal de cuencas con objeto de reducir la carga sólida arrastrada por la corriente y favorecer la infiltración de la precipitación.
Hasta la fecha, la restauración fluvial, ha estado algo alejada del concepto de inundación. Quizás el aspecto de evento extremo asociado al concepto de inundación sea la responsable de este alejamiento. Los proyectos, programas y planes de restauración promovidos por la administración se han limitado a incluir aspectos limitantes de la inundación en cuanto a la instalación de diferentes equipamientos o infraestructuras de uso público, dejando de lado aspectos reguladores (o positivos) de la inundación. Ahora el cauce y sus riberas, ámbito básico de la restauración tradicional, no se entienden sin su zona inundable, de ahí que el RD resalte la necesidad de recuperar su comportamiento natural. Respecto a la restauración de cuencas, el RD añade un nuevo adjetivo a la ya tradicional restauración hidrológico-forestal utilizando el término agroforestal. Así se reconoce la importancia del sector agrario en la gestión de las inundaciones.
Junto con estas medidas de carácter estrictamente ambiental, el RD considera también otras medidas no estructurales de gran importancia, y hasta la fecha, en segundo plano respecto a medidas estructurales tradicionales que el mismo RD reconoce su insuficiencia en algunos casos, y en que, en mi opinión, pueden agravar los riesgos de inundación. De estas medidas destacan las relacionadas con la ordenación territorial y urbanismo y la promoción de seguros frente a inundaciones, que aunque no sean nuevas, si aparecen como alternativa consistente a las medidas de carácter estructural.
A modo de conclusión e ideas básicas para la gestión del riesgo de las inundaciones
El RD aporta un nuevo marco para la gestión del riesgo de inundaciones. Incorpora principios y medidas ya considerados y en ejecución en los diferentes ámbitos de la administración o administraciones competentes. Sin embargo, resalta la importancia de medidas no estructurales frente a otras medidas de carácter estructural ineficaces, en algunos casos, e incluso agravantes del riesgo.
Este nuevo marco vendría a resaltar tres ideas básicas a la hora de abordar los nuevos planes de gestión del riesgo de inundaciones o la adaptación de programas o planes en realizados hasta la fecha.
Idea básica 1. La inundación no es por sí misma un problema, más bien es una consecuencia de una avenida o conjunto de avenidas asociada a un incremento del caudal base de un curso de agua efímero, temporal o permanente. Las avenidas forman parte del régimen de caudales de un río. Su tipología, frecuencia y magnitud son parámetros que junto con el estiaje o el caudal medio, definen un tipo u otro de régimen natural o artificial.
En condiciones naturales, las avenidas contribuyen al mantenimiento de la integridad del ecosistema fluvial. Forman parte de los procesos que condicionan la disponibilidad de hábitat para las comunidades acuáticas así como la organización de las riberas. La modificación por exceso o por defecto del régimen natural de avenidas altera procesos hidromorfológicos de base que contribuyen a la biodiversidad del sistema, limita el aprovechamiento o uso de los bienes y servicios que el sistema fluvial ofrece la sociedad, pone en riesgo otros bienes y servicios de carácter público o privado y, en el peor de los casos, vidas humanas.
Idea básica 2. Las zonas inundables de los ríos constituyen un escenario óptimo para el desarrollo de de los procesos de urbanización, infraestructuras de comunicación, y actividad económica de un territorio. El diseño y ejecución de este desarrollo debe reconocer la importancia de las avenidas como componente básico necesario y factor limitante de las líneas de ordenación del uso de este territorio.
Ignorar aspectos como los anteriores, o asumir que medidas de tipo estructural son garantía total de seguridad y minimización de riesgos, puede llevar a situaciones comprometidas como las que de forma recurrente se observan en muchos ríos de Andalucía. Las características de estas inundaciones ponen de manifiesto que estas estructuras de laminación y regulación no sólo son ineficaces para la contención de avenidas extraordinarias sino que además pueden agravar los daños producidos por la inundación alterando los patrones de retorno de los caudales punta.
Idea básica 3. Un Plan, Programa o Proyecto de Gestión de Avenidas debería incorporar una doble aproximación: ecológica y socioeconómica. Desde el enfoque ecológico se debería potenciar los efectos positivos de las avenidas en el ecosistema fluvial y considerar su manejo como herramienta básica de no deterioro adicional y, en su caso, de mejora del estado de las masas de agua. Desde la perspectiva socioeconómica se debería minimizar los efectos negativos en los esquemas de aprovechamiento económico y asentamiento de la población en el entorno mediante medidas no estructurales relacionadas con la ordenación del territorio y el establecimiento de un sistema de compensación de seguros, y en la medida de lo posible otras medidas de carácter estructural y “natural” basadas en el uso de la propia organización (estructura y función) de las zonas inundables.
Retos para el presente y futuro inmediato
Como en el caso de la DMA para el sector de la gestión del agua, el desarrollo de la Directiva de Inundación (RD) plantea retos importantes para las administraciones y la sociedad. Las Administraciones, con más o menos experiencia y solvencia en el tema de la gestión de inundaciones según cuenca y ámbito estatal y regional, para cumplir con los requerimientos de la DIN deberán incorporar nuevos conocimientos relacionados con el medio ambiente, la ordenación del territorio y el análisis coste beneficio de las medidas a desarrollar. Se trata de un camino paralelo al de la DMA que movilizará recursos importantes y oportunidades claras de negocio.
Medio ambiente
Respecto al medio ambiente, será preciso comprender la relación entre el río tradicional (cauce y riberas) y su zona inundable e identificar los efectos negativos y positivos de las inundaciones en el mantenimiento de la biodiversidad. Sólo así se podrán diseñar medidas de restauración fluvial que cumplan con el objetivo fundamental de conservar o recuperar el estado de las masas de agua al que nos obliga la DMA y así contribuir a la reducción de los efectos negativos de las inundaciones de acuerdo con la DIN. En el ámbito de la cuenca, será necesario valorar la eficacia de las medidas de conservación de suelos ejecutadas a escala local o puntual así como el potencial de aplicación y beneficios en el conjunto de la cuenca; y estudios a una escala espacial adecuada que aborden los patrones de usos y coberturas del suelo y su incidencia en los procesos de erosión y escorrentía. Como en el caso anterior, desde este conocimiento se podrán diseñar las medidas a escala de cuenca o subcuencas más adecuadas para de nuevo cumplir con los objetivos de la DMA y la DIN.
Ordenación del territorio
Junto con el avance en el estudio del espacio fluvial y su cuenca, se deberán valorar los esquemas tradicionales de zonación y delimitación del ámbito fluvial. La idea de Dominio Público Hidráulico y la directrices de zonación en función de la magnitud de diferentes crecidas (ordinarias, 100 y 500 años) deberán de ser revisadas considerando principios ecológicos adicionales. Estos principios deberían definirse como condiciones de referencia para cada uno de los tipos de masas de agua superficial o zonas inundables, incluyendo extensión y necesidad de inundación periódica. La comparación entre la situación de referencia y la actual será que marqué el alcance y tipo de actuaciones a diseñar en el ámbito de la ordenación del territorio, desde la delimitación de los diferentes ámbitos del espacio fluvial (cauce, riberas, zona de inundación) hasta la conservación o recuperación del espacio (extensión y permeabilidad).
Análisis Coste Eficacia de las medidas
Como en el caso de la DMA, en respuesta a los requerimientos de la DIN, se deberá profundizar en los aspectos económicos de la gestión de inundaciones, incluyendo conceptos como análisis coste-eficacia, costes, y recuperación de costes. Estos conceptos son básicos para definir el alcance y tipos de medidas a ejecutar con carácter estructural y no estructural como el establecimiento de seguros frente a inundaciones.
Sevilla, 19 de julio de 2010.



Colección de fotos: Río Guadajoz en Albendín. Febrero de 2010.














viernes, 28 de enero de 2011

Vive tu río

Una propuesta local de modelo sostenible de aprovechamiento del río Guadalete
No hay río andaluz que se precie que no haya sido objeto ya de intervención pública en materia de restauración fluvial. Desde la denuncia social y la respuesta de la Administración, en ríos como el Guadalete en Cádiz, el Guadaira en Sevilla y el Guadajoz en Córdoba, se desarrollaron los respectivos programas coordinados de Recuperación y Mejora. El Corbones en Sevilla y el Guadiato en Córdoba, animados por las noticias y resultados del Guadajoz, también tuvieron su proyecto LIFE. El río Pudio o la Rivera de Huesna en Sevilla, el Piedras y el Odiel en Huela, el Guadiaro y Guadalhorce en Málaga, el Guadalfeo en Granada, el Guadalbullón en Jaén y hasta el Almanzora en Almería, tuvieron también proyectos estrella de mejora “ambiental” y “socioeconómica”, y así otros tantos ríos menores o mayores de Andalucía y de Comunidades Autónomas.
El que fue ministerio de Obras Públicas, Medio Ambiente, y hoy Rural y Marino, las diferentes versiones de las Consejerías de Medio Ambiente, Ordenación del Territorio y Obras Públicas, y hasta algún Ayuntamiento valiente, han costeado cientos (quizás miles a nivel estatal) de proyectos mediante cientos (quizás miles) de millones de pesetas y euros. Todas estas iniciativas han generado (o al menos lo han intentado) nuevos espacios de reencuentro entre los ciudadanos y el río bajo un lema común, un río vivo.
Fue el Guadalete uno de los primeros ríos donde apareció este eslogan. Ahora, de plena actualidad, entre inundaciones y nuevos proyectos de intervención, os presento una reflexión en el ámbito de Jerez de la Frontera a modo de ejemplo que ilustra lo que ocurre o puede ocurrir en cada uno de los ríos citados o en cualquier otro río cercano de vuestro entorno. Las palabras no son nuevas y aunque ya se expusieron en su día, considero una obligación compartir estas ideas e insistir en la propuesta desde el convencimiento y vivencia propia.
La recuperación del Guadalete, un largo camino
Fruto del movimiento ciudadano que a mediados de los 80 reclamaba un Guadalete vivo, la Administración Pública inició un Programa de actuaciones que con el título de Programa Coordinado de Recuperación y Mejora del Guadalete pretendía la recuperación de uno de los elementos territoriales de mayor relevancia ambiental, social y económica de la provincia.
Desde los años 80 a finales del siglo pasado, el Guadalete fue escenario de diferentes tipos de actuaciones incluyendo saneamiento y depuración, creación de zonas recreativas, deslindes o corrección hidrológico forestal, entre otras. Con una contribución importante de la Consejería de Obras Públicas y los Ayuntamientos de la cuenca, y en menor cuantía de otras administraciones, la inversión realizada entre 1988 a 1998 alcanzó los 114,16 millones de euros[1]. Consecuencia de estas actuaciones algunos indicadores de la calidad del agua muestran cierta mejoría respecto a la situación de partida de los 80[2].
Con la entrada en vigor de los principios y objetivos de la Directiva Marco del Agua, el concepto de calidad o Estado de una masa de agua se amplía. Ahora, junto con los indicadores físico-químicos tradicionales, hay que considerar elementos de calidad relacionados con los peces, algunos grupos de algas y los macroinvertebrados acuáticos. Aparecen también indicadores de calidad hidromorfológica que, en el caso de los ríos, incluyen la alteración del régimen natural de caudales, varios aspectos de la morfología del cauce y zonas inundables, y el estado de las riberas.
Estos nuevos conceptos coinciden en el tiempo con un nuevo marco institucional en la gestión del Agua. La creación de la Agencia Andaluza del Agua, y posteriormente el traspaso de competencias desde la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir ha facilitado la puesta en marcha de una nueva fase de la recuperación del Guadalete. En dicha fase Ayuntamientos como el de Arcos o Jerez de la Frontera y la propia Dirección Provincial de la Agencia Andaluza del Agua renuevan su compromiso y promueven acciones conjuntas de recuperación.
En el caso del Ayuntamiento de Jerez, esta acción conjunta se materializa en un protocolo de actuación del que se derivan varios estudios sobre las posibilidades de mejora del Guadalete entre El Portal y el Puente de Cartuja[3]. A continuación de este estudio la Agencia Andaluza del Agua elabora un proyecto de mejora ambiental entre las barriadas de La Corta y La Ina, así como un proyecto de intervención en el ámbito del puente de Cartuja con objeto de aumentar la capacidad de desagüe y contribuir a la reducción del riesgo de inundación en este tramo.
Por su parte el Ayuntamiento, en el ámbito de la elaboración de la Agenda 21 Local, y de acuerdo con los resultados de los foros de participación[4] incluye en su plan de acción un programa específico de actuaciones para el río incluyendo siete proyectos con un total de 33 acciones concretas.
A este conjunto de actuaciones, el Ayuntamiento suma la creación de un centro de visitantes en los terrenos cedidos por la Agencia Andaluza del Agua con el objeto de complementar las actuaciones de uso público incluidas en el proyecto de mejora de la Agencia Andaluza.
Este conjunto de actuaciones, aun no siendo suficientes, representan un avance importante en un largo camino de recuperación del Guadalete en el entorno de Jerez así como el resto de la cuenca. Con el proyecto de mejora ambiental del Guadalete, la Agencia Andaluza del Agua trata de mejorar el estado ecológico del río y contribuir a la reducción del riesgo de inundación en el tramo de actuación. Esta mejora se acompaña de una inversión importante en equipamientos que a modo de puertas y caminos que permitan el acercamiento de diferentes usuarios en busca de ocio, contacto con la naturaleza o simplemente la mirada del río.
El Centro de Visitantes, superando la idea de la interpretación, quiere ser más foro de encuentro y motor de desarrollo local que edificio de naturaleza muerta de carácter expositivo y contemplativo. Su contenido y sobre todo su uso está dirigido hacia el desarrollo de lo vivido, de la memoria perdida, y a estilos de vida pasados de los que podamos aprender y crear un escenario futuro de sostenibilidad.
Un nuevo espacio, un nuevo modelo
El río, como elemento vivo, nos ofrece bienes y servicios que contribuyen al bienestar social. Un modelo tradicional de aprovechamiento basado en el beneficio directo, en el precio de lo tangible y en el valor de mercado, nos ha llevado a una situación insostenible. El agua, recurso base para el abastecimiento urbano y regadío, nos garantiza el uso en casa y la cosecha. Los materiales arrastrados arriba y depositados en las terrazas inferiores son materiales básicos para la construcción. Las zonas inundables son espacios fértiles o motivo de especulación, de compra y venta o de expropiación para la construcción de carreteras y viviendas. Agua y suelo son por tanto motores de crecimiento económico de bajo coste y mucho beneficio, y por tanto de alta rentabilidad económica, pero enormes costes ambientales que no figuran en la ecuación coste/beneficio.
El suministro de agua requiere de presas y conducciones que alteran el régimen natural de caudales. Esta modificación de la corriente altera también los procesos de erosión, transporte y sedimentación que mantienen el cauce y su lecho en un equilibrio dinámico entre la fuerza del agua y la resistencia de los materiales del lecho y la vegetación de las riberas. Con la regulación, se gana también en laminación o capacidad de amortiguar crecidas ordinarias, y por tanto en seguridad y capacidad de ocupación de la llanura de inundación, y así incrementar el suelo cultivado o construido y por tanto el riesgo de inundación en avenidas extraordinarias en las que motas y otras estructuras de regulación o defensa se atojan insuficientes.
Frente a este modelo de aprovechamiento, considerando los contenidos de la propia legislación comunitaria que hemos adoptado, los resultados de los diferentes estudios de valoración o diagnostico de la situación actual del Guadalete, así como la propia decisión de la ciudadanía de recuperar el Guadalete, se propone un nuevo modelo de aprovechamiento basado también en la idea de bienestar, pero ahora centrado en los aspectos ambientales, sociales y económicos de la idea de sostenibilidad.
No es fácil promover dicho modelo en un marco general de resistencia al cambio, de ausencia de actividad emprendedora, de inercia ciudadana o actuación limitada de la administración. Se valora al Guadalete por la cantidad de agua que utilizamos para beber o regar, de la energía que se podría sacar de su corriente o de la capacidad de diluir los vertidos de centrales de ciclo combinado, de las toneladas de grava y arena que extraemos del lecho, y del precio del metro cuadrado de suelo ganado o robado al río en la compraventa de terrenos. Sin embargo, negamos o desconocemos lo que nunca ha tenido precio ni uso directo.
Del pasado nos olvidamos de cantaros en la cintura que del arroyo y fuentes cercanas llenaban botijos en las casas. Olvidamos también el precio de angulas y sábalos, entre otras especies que habitaban el Guadalete y llenaban los puestos de la plaza de abastos. Borramos de nuestra memoria canastos de mimbre, sillas de enea y aperos que el aladrero tallaba a partir álamos y fresnos de la ribera, también infusiones de cola de caballo y hojas de sauce de la abuela. Se fueron de la memoria los paseos en barca y los baños de El Portal, pero también de La Corta, Lomopardo y La Barca. Nos olvidamos, en suma, de nosotros mismos, de nuestra cultura, de lo que éramos y de cómo otras generaciones vivieron del río.
En el presente, negamos que una buena calidad del agua sea la mejor garantía para el abastecimiento urbano y agrícola, que disminuya los costes de potabilización y aumente la capacidad de asimilación de los vertidos actuales mientras que se mejoran las técnicas de depuración existentes. No valoramos lo que un pescador paga por una jornada de pesca entre licencias, equipos y tasas en cada coto de pesca que visita. Tampoco lo que otras asociaciones deportivas de remo o piragüismo invierten en cada día de entrenamiento o competición. Negamos la repercusión económica de un paisaje de interés para un usuario que a título individual o en grupo, en bicicleta o a caballo busca espacios adecuados de ocio, deporte y restauración. Negamos también el valor de la biomasa fluvial, eneas, carrizos y madera que generan artesanía y carpintería de ribera. Negamos tantas cosas que seguimos viendo lo inmediato y lo directo como la única posibilidad de aprovechamiento del Guadalete sin dar oportunidad a nuevas vías de interacción que mejoren nuestro bienestar así como el de futuras generaciones.
No cabe duda que para desarrollar este modelo necesitamos un río vivo. Sin embargo, no es suficiente que el Guadalete empiece a vivir como se festejaba en 1995 en el Puerto, tampoco lo es por sí solo ni el proyecto de mejora ni el centro de visitantes. Ahora necesitamos vivir nuestro río, volver a los aprovechamientos tradicionales que han marcado la cultura y la identidad patrimonial de los núcleos de poblaciones ligados al río, pero también limitar y corregir la actividad económica y los impactos del modelo actual de aprovechamiento con nuevos proyectos de mejora. Pero sobre todo, debemos potenciar nuevos aprovechamientos, ampliar el concepto de usuario más allá del que riega o extrae arena, con personas que disfrutan de un simple paseo por las riberas, pero también con empresarios que vean en el Guadalete un recurso a mantener e incluso mejorar desde la iniciativa privada y pública para aumentar aquellos valores naturales que la sociedad urbana demanda en tiempo de ocio, así como una oportunidad adicional de añadir valor a marcas y productos tradicionales del paisaje jerezano. Necesitamos que el Guadalete sea aula abierta para la educación formal e informal en torno al conocimiento del medio o las ciencias ambientales, que Universidades, empresas y profesionales encuentren un espacio de estudio y trabajo para que en un proceso de mejora continua actuemos con conocimiento y base científica.
La iniciativa local, motor de desarrollo
El modelo se basa en la actuación conjunta de varias administraciones a nivel local y regional. La Junta de Andalucía, a través de las Consejerías de Medio Ambiente, Obras Públicas y Transporte, Agricultura y Pesca, Turismo, Comercio y Deporte tienen según sector competencias y capacidad de financiación de las distintas acciones que se consideren. Sin embargo, es a nivel de los ciudadanos, en el contacto directo entre lo público y lo privado, donde la relación Administración y usuario es más intensa, donde surgen más conflictos pero también más oportunidades de cambio y desarrollo.
El Ayuntamiento de Jerez a través de las distintas delegaciones competentes debe ser la base instrumental sobre la que construir el modelo y el motor de empuje de la actividad en torno al Guadalete. No hay Delegación que de una u otra forma no tenga cabida y competencia en la propuesta. De forma directa o indirecta, cada área debe asumir objetivos y compromisos comunes de promoción y desarrollo. Del conjunto de las delegaciones municipales, las de Medioambiente y Sostenibilidad y Medio Rural deben asumir el liderazgo de la propuesta. La primera en el ámbito administrativo dando un primer paso y proponer al foro consultivo de la Agenda 21 local, la incorporación de los objetivos y propuestas al Plan de Acción como documento base de trabajo, y la representación del proyecto ante otras Administraciones. La segunda por competencia directa de desarrollo sociocultural, territorial y económico en el medio rural, espacio básico de aplicación del modelo. En este sentido, el modelo debe contar con otro grupo de acción local como la Asociación para el Desarrollo Rural de la Campiña de Jerez, tomando como eje transversal de actuación el propio río.
Ayuntamiento y Grupo de desarrollo rural deben liderar la propuesta igual que en otros casos y cuencas en las que la construcción de cualquier modelo de desarrollo se entiende como proceso de abajo a arriba, desde y para lo local con aportaciones, apoyo económico y sobre todo oportunidades desde otras administraciones.
El programa de actuación 6.1 del Plan de Acción de la Agenda 21 Local, Río Guadalete
En el ámbito de la línea estratégica Medio Natural y Rural, El Programa Río Guadalete del Plan de Acción plantea siete proyectos básicos que abordan entre otros aspectos, la constitución de una mesa de trabajo interadministrativo (6.1.1), actuaciones en canteras (6.1.2), recuperación de la vegetación autóctona de ribera (6.1.3), mejora ambiental y uso público (6.1.4), calidad del agua (6.1.5), guardería fluvial (6.1.6) y parques fluviales (6.1.7). Siete proyectos de máxima prioridad, con diferentes ámbitos de actuación, acciones, agentes implicados, coste y fuentes de financiación.
El programa 6.1 propone retomar la mesa de trabajo sobre el río Guadalete que en su día en al ámbito del Programa Coordinado de Recuperación y Mejora de la cuenca reunió a diferentes administraciones. El 6.1.2 plantea la elaboración de un Plan Especial de Ordenación de Canteras y Graveras. Los programas 6.1.3 y 6.1.4 incluyen la elaboración de proyectos demostrativos sobre la recuperación de la vegetación de ribera y de mejora ambiental en varios tramos que se pueden ser aplicables al resto de la cuenca. El 6.1.7 retoma las propuestas del Plan de Saneamiento Integral del Guadalete y de diferentes Planes de Ordenación Municipal de creación de 12 parques fluviales a lo largo del municipio, incluyendo actuaciones de mejora, puesta en valor, y uso público entre otras. Los dos proyectos restantes incluyen un estudio de la calidad del agua del río con relación a los episodios recurrentes de mortandad de peces (6.1.5) y una mayor eficacia de los trabajos de vigilancia del Dominio Público Hidráulico por parte de la Guardería Fluvial (6.1.6).
Todos los proyectos contribuyen a la mejora ambiental del estado del río en la actualidad, con proyectos y actuaciones concretas de restauración y uso público. También representan un avance importante de la coordinación e integración de las distintas administraciones competentes. Sin embargo, de cara a la integración en el Plan de Acción de la Agenda 21 del modelo de aprovechamiento sostenible que se aborda en esta documento, se propone una integración de los diferentes proyectos y acciones, así como la definición de otras actuaciones complementarias en torno a tres ejes básicos de actuación relacionados con aspectos ambientales, sociales y económicos.
Para cada uno de estos ámbitos se deberían plantear tres tipos de actuaciones básicas: formación, acción y seguimiento. La formación trata de fomentar el conocimiento del entorno, incluyendo acciones formativas o de promoción dirigidas a los diferentes usuarios así como estudios específicos que profundicen en los diferentes problemas para diseñar propuestas adecuadas. La acción representa una intervención concreta en cada ámbito, un tramo o problema específico a resolver con medidas y objetivos cuantificables a valorar en diferentes trabajos de seguimiento.
A continuación se presentan algunos ejemplos de posibles actuaciones que podrían poner en marcha con carácter inmediato. No se trata de una lista exhaustiva, sino más bien de ejemplos para el debate y en su caso, consenso, para que de forma sistemática se elabore un plan de acción detallado.
Propuesta de actuaciones de carácter ambiental
Formación
En los últimos años se han elaborado diferentes estudios que de una u otra forma abordan aspectos ambientales como la calidad del agua, impactos y presiones, fauna y vegetación. Sus resultados muestran tendencias significativas de otro signo que deben dirigir las diferentes actuaciones a ejecutar, los diferentes estudios que se deben realizar para completar algunos vacios de información básica. Estos estudios son de gran interés para establecer los criterios a tener en cuenta en programas de vigilancia o protección del Dominio Público Hidráulico o en la valoración de los estudios de impacto ambiental.
Los trabajos de seguimiento del Plan de Saneamiento son básicos para ver la evolución de los diferentes indicadores de calidad de agua relacionados con las programas de saneamiento y depuración y control de vertidos. Datos actuales se pueden encontrar también en la explotación de las redes de control físico-químico de la Agencia Andaluza del Agua, o en el control de los diferentes parámetros de calidad realizado por AJEMSA.
Sobre las diferentes presiones e impactos, estudios como los realizados por Ecologistas en Acción, o por la Agencia Andaluza del Agua asociados a la elaboración del Plan Hidrológico de la Demarcación son básicos para establecer prioridades de actuación a escala local y cuenca.
Con relación al tema fundamental de las inundaciones, existen varios estudios previos realizados en su día por la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir. Sin embargo, los trabajos actuales sobre inundabilidad y riesgo de inundación a nivel de cuenca y los específicos en el entorno de Jerez son de vital importancia para establecer directrices de ordenación del espacio fluvial así como para el diseño de medidas de corrección hidromorfológica.
Sobre otros aspectos ecológicos relacionados con la riqueza faunística y flora, existen algunos estudios que aportan una visión general. Esta información debe completarse con estudios técnicos de detalle sobre algunas especies singulares o de interés disponible en varias publicaciones técnicas. Respecto a indicadores biológicos, los resultados del seguimiento de la ictiofauna, diatomeas, macroinvertebrados y macrófitas de la Agencia Andaluza del Agua aportan datos recientes del tipo y estado de conservación de estas comunidades.
Acción
Sobre la base de los estudios anteriores se debe plantear un plan especial del Guadalete que ordene el espacio fluvial, marque las directrices básicas de distintos proyectos de mejora ambiental relacionados, entre otros aspectos, con el régimen de caudales, corrección hidromorfológica y mejora de las diferentes comunidades acuáticas y riberas. Este plan debe integrar y coordinar la ejecución de los proyectados elaborados por la Agencia Andaluza del Agua, así como otras futuras actuaciones desde la Delegación Provincial, o a nivel de cuenca, desde el Programa de medidas incluido en el Plan Hidrológico de la Demarcación.
Se incluye en esta línea la propuesta de mejorar la eficacia de la Guardería fluvial, pero también trabajos de vigilancia asociados a la disciplina urbanística que de forma coordinada pongan límite al uso inadecuado del Dominio Público Hidráulico y zonas de servidumbre y policía asociadas.
Por último, la prevención ambiental tiene un papel importante en el Plan. La valoración detallada de los diferentes documentos asociados a la Evaluación de Impacto Ambiental debe garantizar el no deterioro adicional, así como velar por el cumplimiento de los condicionantes de las correspondientes declaraciones.
Seguimiento
Se proponen tres tipos de indicadores. El número de kilómetros de río o la superficie incluida en los proyectos de mejora, así como el número de expedientes resueltos dan medida de la intensidad de la acción o respuesta. Sin embargo deben contemplarse indicadores de tipo biológico, físico-químico e hidromorfológico que valoren periódicamente la evolución del estado de la masa de agua.
Propuesta de actuaciones de carácter social
Formación
A pesar de la existencia de un programa específico de acción, la posición de la ciudanía respecto al Guadalete no queda reflejada con claridad el diagnostico social de la Agenda 21 Local. Ni la degradación del Guadalete es el problema ambiental más importante del municipio, ni tampoco una fuente clara de oportunidades de desarrollo. Quizás su inclusión en el grupo de espacios naturales y su ausencia explicita en el cuestionario general utilizado podría explicar este “desconocimiento” sobre el estado y potencial del río. Independientemente de esta consideración, parece existir una cierta actitud de “indiferencia” respecto al Guadalete que como en el caso de otros ríos andaluces muestran no tanto rechazo como abandono y alejamiento del espacio fluvial al romperse con el paso del tiempo los lazos de dependencia del río.
Dirigidas a recuperar la memoria se plantean una serie de actuaciones que despierten los recuerdos y atraigan de nuevo al río la población. En este sentido la educación ambiental es fundamental para acercar a los ciudadanos. También es importante realizar trabajos de divulgación como la elaboración de folletos o publicaciones más ambiciosas que muestren los diferentes aspectos de interés.
Acción
De la educación o formación se debería pasar a la acción mediante un programa de voluntariado de carácter ambiental, pero también cultural o histórico, con actividades, programas relacionados con el patrimonio arqueológico o etnográfico del río.
Es necesario potenciar el encuentro en el río, mediante actos de carácter festivo o religioso como las romerías perdidas que sitúen al usuario en sus orillas. Una propuesta podría incluir la elaboración de un mapa emocional que refleje los sentimientos o visiones del río de los ciudadanos. Del análisis de este mapa se podrían establecer los tramos o puntos del río que por la vivencia personal o simplemente por el conocimiento mostrarían mayor interés o rechazo para la población.
Seguimiento
Los indicares propuestos valoran el volumen de participantes o el número de eventos organizados o publicaciones. Sin embargo, transcurrido un tiempo razonable (por ejemplo 2015 como horizonte clave de la Directiva Marco del Agua) sería interesante realizar un segundo mapa o diagnóstico social que mostrara posibles cambios en cuanto rechazo o aceptación de las medidas ejecutadas.
Propuesta de actuaciones de carácter económico
Formación
Conocer y divulgar el potencial de desarrollo económico de la actividad económica en torno al río es una tarea primordial. Como referencia para establecer el alcance y tipos de trabajos se podrían analizar experiencias o casos de estudio asociadas a varias iniciativas comarcales similares.
Hay que mejorar también la capacidad de posibles trabadores que por cuenta ajena o propia puedan encontrar un ámbito de trabajo digno asociado a nuevas actividades así como en la mejora e integración ambiental de las tradicionales. En este sentido, la sociedad debe ver en el Guadalete una fuente de nuevos empleos y actividad económica.
Acciones
Desde las distintas administraciones se debe potenciar el establecimiento de nuevas actividades, o la mejora de las actuales con ayudas directas o indirectas a la actividad y apoyar a las empresas locales que ya de una u otra forma han apostado por el modelo que se propone (turismo activo, educación ambiental,…). Sin embargo, también hay que atraer a sectores tradicionales como el del vino, el caballo o el flamenco para que vean y usen el río como un recurso más para añadir valor a su negocio.
El sector de los usos tradicionales, agricultura y áridos, es de vital importancia. Hay que introducir en la actividad códigos de buenas prácticas como los ya existentes en el uso del agua de regadío, ampliar este concepto a la extracción de áridos.
Seguimiento
No existen otros indicadores posibles en esta línea que los asociados a la evolución del coste/beneficio o resultado económico de las diferentes actividades y la creación de puestos de trabajo.

Eje de actuación
Formación
Acción
Seguimiento
Ambiental
Síntesis de Información de los diferentes estudios sobre Impactos y Presiones
Plan Especial del Guadalete
Km o Superficie incluida en proyectos de mejora
Propuesta de nuevos estudios
Proyectos concretos de intervención
Evolución Indicadores de Estado de la Masa de Agua
Criterios de Vigilancia DPH y valoración del Impacto Ambiental
Policía fluvial
Número de expedientes
Policía urbanística
Prevención ambiental
Social
Educación ambiental
Programa Voluntariado
Número de participantes
Divulgación
Edición de materiales
Número de publicaciones
Foros de encuentro y convivencia
Jornadas a pie de Río
Número de eventos y participantes
Visiones del río
Mapas emocionales
Número de participantes
Patrimonio etnográfico
Usos tradicionales
Actividad, volumen de materiales
Aula abierta
Cursos de educación/formación
Número de participantes
Económico
Valoración económica nuevas actividades
Promoción tejido empresarial actual
Coste/Beneficio
Estudio de Casos
Fomento Iniciativas emprendedoras
Coste/Beneficio
Escuela taller
Inserción laboral
Nº Empleados



Jerez de la Frontera, 14 de septiembre de 2010

[1] CLAVERO, J. (2005). El Guadalete empieza a vivir. En: CONFEDERACIÓN HIDROGRÁFICA DEL GUADALQUIVIR. La restauración de la Cuenca del Guadalquivir. Aportar ideas para construir realidades. 232 pp. Sevilla.
[2] PUERTO, J. (2009). Jornada de Presentación de la Exposición: Impactos Ambientales en el Guadalete. Ecologistas en Acción. Jerez de la Frontera. 19 de noviembre de 2009.
[3] AGENCIA ANDALUZA DEL AGUA (2008). Estudio de Viabilidad de la Recuperación del Guadalete Término Municipal de Jerez de la Frontera (Cádiz). Tramo AP4-Azud de El Portal.
[4] Mesa de Trabajo Nº2. Ciclo del Agua y Río Guadalete.